La clave definitiva para sanar una relación

¿Has tenido o tienes en la actualidad relaciones con personas que te producen dolor o enfado? ¿A pesar de utilizar la asertividad, la escucha activa o la empatía sigues teniendo discusiones con los demás? En este post descubrirás la clave definitiva para sanar todas tus relaciones de una forma que nunca te habían contado hasta ahora.

Si te interesa el mundo de la comunicación interpersonal tanto como a mi, seguramente hayas leído numerosos artículos, leído libros, asistido a cursos y seminarios, todos ellos dirigidos a conocer herramientas para mejorar las relaciones y aprender cómo potenciar y mejorar tu comunicación.  Pero a pesar de todo ello, estoy convencida de que sigues teniendo dificultades con algunas personas de tu entorno. La mala noticia es que estabas equivocado poniendo el foco en los demás y querer cambiar las cosas de fuera hacia dentro. Y si sigues trabajando tus relaciones desde ese punto de vista vas a continuar teniendo problemas con tu entorno.

La buena noticia es que tiene solución, y yo te la voy a contar.  Pero antes, déjame que te explique el concepto de la Teoría del Espejo. Basada en los estudios del psicoanalista francés Jacques Lacan que se dio cuenta de que un niño se reconoce a si mismo entre los 6 y los 18 meses como totalidad cuando se ve reflejado en un espejo, esta teoría se aplica a las relaciones de forma que las personas con las que nos relacionamos nos muestran aquello que nuestro inconsciente no nos muestra. Es decir, aquello que nos gusta de los demás es lo que nos gusta de nosotros mismos y aquello que rechazamos en los demás, es lo que rechazamos también de nosotros. De esta forma, no hay relaciones conflictivas sino cosas de mi mismo que tengo que sanar.  Y me preguntarás ¿cómo se qué es lo que tengo que sanar?.  Porque se produce un exceso en tu relación, es decir, algo del otro te enfada mucho o te entristece demasiado.

Por ejemplo, si te molesta mucho la impuntualidad, no quiere decir que tú seas impuntual, seguramente si te preguntas ¿en qué estoy perdiendo yo el tiempo? o ¿en qué no me dedico tiempo?, seguro que descubrirás aquello que tienes que sanar, y en cuanto lo hagas, dejarás de disgustarte porque alguien llegue 15 minutos tarde. Créeme, a mi me ha pasado.

Ahora bien, cual es la clave para sanar aquello que nos está reflejando otra persona, muy sencillo, preguntándote ¿qué hay de mi en todo eso?. En el momento que detectes un exceso en la relación con cualquier persona, hazte ese pregunta. Una vez que encuentres la respuesta, habrás tomado conciencia de aquello que tienes que sanar, y en la toma de conciencia, sólo tienes que perdonarte por ello. En cuanto te perdones a ti mismo, perdonarás a los demás, y dejará de molestarte eso en todas las personas que te rodean, es más, es muy probable que ese comportamiento o actitud ya no la veas en las mismas personas que antes lo repetían continuamente.  ¿Magia? No, inteligencia relacional.

No me creas, sólo tienes que probarlo, y cuando veas los cambios que se producen, me encantará que te pongas en contacto conmigo para que me cuentes tu experiencia.

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